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La vulva
La vulva es la parte externa, visible, de los genitales femeninos. Incluye labios mayores, labios menores, clítoris, uretra, glándulas de Bartholino y de Skene, vestíbulo e himen. Es la parte externa visible de los genitales femeninos.
Tiene dos tipos de tejido con características muy diferentes: piel externa resistente y seca (queratinizada) que cubre la cara externa de los labios mayores y que se continúa con la piel de las piernas y abdomen; y la mucosa, húmeda y delicada que partiendo de la cara interna de los labios menores los recubre y se extiende hacia el interior de la vagina.
La concentración de glándulas sebáceas, sudoríparas y de folículos pilosos es mucho mayor que en otras partes del cuerpo, una adaptación ventajosa acorde a su función.
Piel externa queratinizada: la piel externa de la vulva es más sensible, delicada, vascularizada, inervada y húmeda que la piel del resto del cuerpo; de hecho, es más fina y con tendencia a absorber mejor las sustancias que puedan diluirse en su superficie. Por sus características tiene mayor tendencia a la irritación, pero a su vez, le confiere una mejor y rápida curación y cicatrización.
La mucosa: desprovista de queratina, es rosada, húmeda y profusamente tapizada con glándulas secretoras de fino moco que le permiten conservar su integridad coital y lubricación en respuesta al estímulo sexual
La vulva es una zona delicada, especializada, susceptible a irritarse por fricción y ser blanco de infecciones y enfermedades de transmisión sexual. En los tiempos modernos se añaden nuevas agresiones: afeitado, depilado, lavado excesivo, jabones, limpiadores íntimos, desodorantes, toallas diarias, telas sintéticas, stress, sobrepeso, enfermedades metabólicas, etc.
Afeitado, reducción del vello púbico
El afeitado se popularizó a finales de los 90s y se hizo prácticamente rutinario en la vida de la mujer actual. Se le añaden nuevos métodos con cera, láser y luz pulsada en los 2000. Es fácil entender la lesión del afeitado pero no sabemos nada sobre los efectos ocasionados por la agresión física de la luz concentrada (láser y luz pulsada) y la extracción mecánica violenta del vello (depilación con cera).
La tendencia es la región vulvar exenta del vello púbico. ¿Que consecuencias trae esto?
No sabemos aún.
A los ginecólogos nos resulta fabuloso porque podemos evaluar y descartar rápidamente la presencia de lesiones benignas, premalignas y malignas de la vulva y en apariencia, para la mujer, es mucho mejor ya que el aseo local es mucho más fácil y efectivo (quizá demasiado).
¿Pero que estaremos quitando al quitar el vello púbico?
Quitamos una barrera de protección anti-fricción que protege la piel local del roce (sexo, prendas), una gran superficie de contacto que permite que las secreciones y la humedad natural se desequen con rapidez, quitamos sensibilidad local (el roce coital genera más placer cuando hay vello púbico), quitamos un espacio que separa la ropa íntima y las toallas sanitarias de la piel de manera que favorecemos la absorción de agentes químicos contenidos en ellos (detergentes, blanqueadores) y es posible que estemos favoreciendo la transmisión de agentes infecciosos como el VPH.
Duchas y lavados vaginales
La experiencia en otras áreas del cuerpo y el conocimiento de la llamada flora bacteriana autóctona o microbiota local determinó que la indicación y el uso de Duchas o Lavados Vaginales era un error médico indeseable. Viendo la vagina como un canal inerte era lógico pensar que si producía un flujo anómalo y molesto el “lavarlo a la fuerza” eliminaría el problema. Cuando se descubrió que la descarga vaginal anormal era producto de un desbalance de la flora bacteriana vaginal normal se echó por tierra el uso de las duchas vaginales dando paso a terapias considerablemente menos agresivas y que permiten la restitución espontánea de su flora bacteriana. Las Duchas Vaginales quedaron proscritas por la Ginecología Moderna y su indicación sugiere desactualización e ignorancia fisiológica.
La vagina usualmente se las arregla sola sin mucha intervención, sus características fisiológicas le permiten mantenerse saludable y en muchos casos retornar espontáneamente a la normalidad siempre y cuando no se la invada innecesariamente.
Jabones y desodorantes íntimos “especiales”
En una nueva versión de agresión vulvar se ha promovido el uso de jabones o preparaciones limpiadoras de “pH controlado”, especialmente diseñadas para el “aseo íntimo de la mujer de hoy” y la prevención de infecciones vulvo-vaginales. El problema es que no hay evidencia alguna que sugiera tales beneficios y el sentido común dicta que si hay lavado repetitivo de la zona la usuaria eliminará los ácidos grasos y las bacterias beneficiosas que controlan a los agentes patógenos que están a la espera para desencadenar infecciones sintomáticas. El cuento del pH del preparado no tiene sustento fisiológico y de hecho es contradictorio (algunos tienen pH ácido y otros alcalino) y además la piel y mucosa locales mantienen su propio pH (5.4 a 5.6) a largo plazo y de manera dinámica gracias a los ácidos grasos secretados (en forma de grasa) y el metabolismo de las bacterias autóctonas.
Lo que he observado es que en realidad no previenen infecciones y de hecho prolongan el lavado mecánico y químico de la zona reduciendo la capacidad de defensa de la piel y mucosa locales. Si a esto se le suma la ausencia de vello púbico es lógico pensar que eventualmente aparecerá una irritación vulvo-vaginal. ¡NO se recomienda usarlos, ninguno!
Recomendaciones
Estas recomendaciones te ayudarán a prevenir en mayor o menor grado las molestias locales, prurito e irritación, infecciones recurrentes, lesiones cutáneo-vulvares, cambios fétidos del flujo vaginal, foliculitis, lesiones por roce, alergias locales, engrosamiento y envejecimiento vulvar acelerado.
En pocas palabras es el “deber ser” del higiene íntimo genital y deberás abandonar ciertas prácticas inadecuadas, por sensuales o cómodas que parezcan. No digo que no puedas violar algunas normas de manera ocasional pero debe ser la excepción más que la regla.
Seguir estas medidas puede ser muy útil para aquellas pacientes aquejadas de infecciones vaginales recurrentes y de difícil tratamiento y control, el dolor de cabeza de los ginecólogos y frustración de las víctimas; sin embargo, muchas se negarán a seguir éstas indicaciones. ¡Contradicciones de la vida!
- Use papel higiénico blanco, sin olor. Evitar los productos perfumados incluyendo Wipes y toallitas húmedas comerciales.
- Evite los baños (en bañera o tina) de burbujas, sales de baño y aceites perfumados. No aplique aceites o jabones directamente a la vulva. Evite el uso de cualquier jabón durante el baño. La región vulvar no requiere ser lavada en exceso. La secreción vaginal genera una capa protectora y la grasa secretada mantiene el pH. El lavado sólo requiere un poco de agua y limpieza externa manual por 2-3 segundos.
- No tenga sexo bajo el agua (mar o piscinas), es sumamente agresivo para la microbiota vaginal y la fricción es muy alta.
- Seque la zona suavemente con una toalla – no frote-.
- Use prendas poco ajustadas.
- Use prendas íntimas de algodón, preferiblemente blancas. Evite telas sintéticas.
- Evite el uso de panties tipo “Hilo Dental”.
- Duerma sin ropa interior
- El área genital no debería ser afeitada. Afeitar causa irritación e inflamación de la piel, los folículos pilosos y las glándulas. Yo favorezco un afeitado parcial que permita un triangulo pequeño de vello púbico rasado con tijera o máquina eléctrica que cubra parte del monte de Venus y los labios mayores de manera que la ropa interior y las toallas sanitarias no tengan contacto directo con la piel vulvar permitiendo un pequeño colchón de aire que evapore las secreciones locales y evite el contacto directo con sustancias irritantes.
- Evite el uso de toallas sanitarias y tampones perfumados. Los tampones son seguros para la mayoría de las mujeres, pero su uso frecuente o por demasiado tiempo durante el día, puede causar irritación de la vulva, infección vaginal, aumento del flujo vaginal, mal olor o el síndrome de shock tóxico (SST). Dado que las sustancias químicas que podrían estar en el tampón serán eficientemente absorbidas por su organismo a través de la vagina evite el uso de dispositivos de origen dudoso y marcas no reconocidas.
- No use toallas diarias, favorecen la humedad local y el desarrollo bacteriano y micótico local de manera desmesurada.
- Algunas mujeres tienen problemas de humedad crónica, ya sea por el sudor o secreción de moco cervico-vaginal. La evaluación ginecológica puede poner en evidencia alguna de sus causas. Entretanto se recomienda mantener vello púbico en la zona y seguir las indicaciones aquí sugeridas. De ser necesario se podrían indicar ciertas soluciones médicas o quirúrgicas.
- Mantenga un peso adecuado, baje de peso si es necesario, ejercite, deje de fumar. Controle sus enfermedades crónicas.
Anatomía vulvar
Como se puede apreciar, los tejidos del introito genital son muy delicados y principalmente con tejido mucoso que debe ser cuidado de la manera más gentil posible.
El uso de jabones y antisépticos en la mucosa vulvo-vaginal debe ser evitado para no lesionarla y conducir a molestias crónicas en la zona.
Puede parecer paradójico, pero en la búsqueda del higiene genital, el exceso de medidas higiénicas locales puede ser dañino para la salud y el higiene local de los tejidos.
Con total seguridad, usted no aplica jabones en su mucosa oral, ¿porque habría de hacerlo en la mucosa vulvo-vaginal?