
En la era digital actual, las redes sociales se han convertido en una fuente principal de información para muchos, incluyendo la salud. Sin embargo, esto ha dado lugar a un aumento preocupante de las falacias médicas y la influencia de “influencers” en el ámbito de la salud, lo que conlleva serios peligros para la salud pública.
Falacia: información falsa que se desarrolla partiendo de un dato verdadero
Patraña: información basada en una mentira o condición irreal o inexistente
El peligro de las falacias médicas
Las falacias médicas son creencias o afirmaciones erróneas sobre la salud y la enfermedad que carecen de base científica. Se difunden fácilmente a través de plataformas digitales, a menudo disfrazadas de “remedios naturales”, “curas milagrosas” o “verdades ocultas”. Algunos ejemplos comunes incluyen:
- Apelación a la naturaleza: La idea de que algo es bueno o seguro simplemente porque es “natural”, ignorando que muchas sustancias naturales pueden ser tóxicas o ineficaces.
- Confundir correlación con causalidad: Suponer que si dos cosas ocurren al mismo tiempo, una debe ser la causa de la otra, cuando en realidad puede haber otros factores involucrados o ser pura coincidencia. Por ejemplo, “Me tomé esta pócima y me curé de la gripe, por lo tanto, la pócima me curó.”
- Apelación a la autoridad falsa: Citar a personas sin credenciales médicas o científicas como expertos, o usar testimonios personales como prueba irrefutable de la eficacia de un tratamiento.
- Generalizaciones apresuradas: Extraer conclusiones amplias de un número limitado de casos o experiencias personales.
- Falacia ad populum (apelación a la mayoría): Argumentar que algo es verdadero o efectivo porque mucha gente lo cree o lo usa (“Si todos lo consumen, debe ser bueno”).
- Negación de la ciencia o la medicina tradicional: Promover tratamientos alternativos sin evidencia científica, desestimando la medicina basada en la evidencia como “corrupta” o “ineficaz”.
El rol de los influencers en medicina y salud
Los influencers, con su carisma y capacidad para generar confianza y engagement con sus seguidores, pueden ser una herramienta poderosa para difundir información de salud, tanto positiva como negativa. Cuando carecen de cualificaciones o conocimientos médicos adecuados, los riesgos son significativos:
- Difusión de información falsa o peligrosa: Muchos influencers no tienen formación médica y pueden compartir consejos sin base científica, o incluso abiertamente perjudiciales. Esto incluye la promoción de dietas restrictivas, suplementos innecesarios o terapias no probadas que pueden poner en riesgo la salud de las personas, retrasar diagnósticos o tratamientos adecuados, o causar daño directo.
- Falta de responsabilidad y ética: A diferencia de los profesionales de la salud, los influencers no están sujetos a los mismos códigos éticos ni a la supervisión de organismos reguladores. Esto puede llevar a la promoción de productos o servicios con intereses comerciales ocultos, sin una divulgación clara de patrocinios o conflictos de interés.
- Efecto de “cámara de eco”: Los algoritmos de las redes sociales tienden a mostrar a los usuarios contenido similar al que ya consumen, creando burbujas de información donde la desinformación puede reforzarse y amplificarse.
- Socavar la confianza en la medicina basada en la evidencia: Cuando los influencers promueven narrativas anti-ciencia o desacreditan a los profesionales de la salud, pueden generar desconfianza en el sistema de salud y desanimar a las personas a buscar atención médica legítima.
- Impacto en poblaciones vulnerables: Los jóvenes, por ejemplo, son particularmente susceptibles a la influencia de estos creadores de contenido, lo que puede llevar a trastornos alimentarios, problemas de imagen corporal o la adopción de prácticas de salud riesgosas.
Riesgos de seguir consejos médicos de no profesionales (y de médicos chirles)
Los peligros de confiar en consejos médicos de personas sin cualificación son numerosos y graves:
- Diagnósticos erróneos o retrasados: Seguir consejos no profesionales puede llevar a ignorar síntomas importantes o a autodiagnosticarse incorrectamente, retrasando la búsqueda de atención médica adecuada y empeorando condiciones de salud tratables.
- Tratamientos ineficaces o dañinos: La adopción de remedios o dietas sin base científica puede no solo no funcionar, sino también interactuar negativamente con medicamentos, agravar enfermedades existentes o causar efectos secundarios peligrosos.
- Pérdida económica: Muchos “tratamientos milagrosos” o suplementos promocionados por influencers son costosos y, en el mejor de los casos, inútiles, lo que resulta en una pérdida de dinero significativa para el consumidor.
- Ansiedad y angustia: La sobreexposición a información médica falsa o sensacionalista puede generar ansiedad innecesaria sobre la salud y la enfermedad.
- Desconfianza en profesionales de la salud: La promoción de narrativas que demonizan a los médicos o a la industria farmacéutica puede erosionar la relación de confianza entre paciente y médico, lo cual es fundamental para una atención sanitaria eficaz.
Cómo mitigar el peligro
Es crucial que los usuarios desarrollen un pensamiento crítico al consumir información de salud en línea:
- Verificar la fuente: Priorizar información de organizaciones de salud reconocidas (como la OMS, ministerios de salud, instituciones médicas, etc.) o de profesionales con credenciales verificables.
- Revisar las credenciales del autor: Asegurarse de que la persona que comparte la información tenga la formación y experiencia adecuadas en el campo de la salud.
- Cuestionar las afirmaciones sensacionalistas: Desconfiar de “curas milagrosas”, “secretos ocultos” o promesas de resultados rápidos y sin esfuerzo.
- Buscar consenso científico: La información médica confiable suele estar respaldada por un amplio consenso en la comunidad científica y múltiples estudios revisados por pares.
- Consultar a un profesional de la salud: Ante cualquier duda o antes de tomar decisiones importantes sobre la salud, siempre es fundamental consultar a un médico o especialista cualificado.
La salud es un asunto demasiado importante como para dejarlo en manos de quienes carecen de la formación y la ética necesarias. Por cierto, en mis artículos no hay conflictos de interés, no vendo nada
Los milagros no existen, las medicinas o sustancias milagrosas, tampoco. Los procesos fisiológicos son determinados biologicamente con receptores, mensajeros, lectura de ADN, sintesis proteica, regulación, cofactores, enzimas, y pare Usted de contar. No hay magia, hay mecanismos.
Si cree en alguna de ellas (Bueno! A mi me sirve!), pues, es libre de hacerlo y es su decisión, ya Usted es grandecit@.
En muchos casos solo estará perdiendo el tiempo; en otros, poco o mucho dinero pero el peligro más importante es que sustituya tratamientos válidos por depositar su esperanza en métodos que no se alejan mucho de la magia negra medieval, solo que con nombres mas llamativos y mucha, pero mucha publicidad por parte de «influencers » avidos de seguidores, dinero y validación narcisista.
Aunque no tengan ni la menor idea de lo que estan hablando y promocionando.
Porque en estos tiempos superficiales y vacios, un charlatán tiene mas audiencia que (la verdad) un receptor de un Premio Nobel. Y cuando hablo de charlatanes, también incluyo a algunos que son médicos, porque los hay, los hay… y en cuantía cada vez mayor.
Las falacias en medicina pueden ser muy peligrosas.
Si mis artículos hieren susceptibilidades nada puedo hacer, la verdad duele, pero la ceguera en salud, mata.